jueves, 17 de mayo de 2012

El final es en donde partí

Acá estamos, en otro viaje.

Abrir el corazón a alguien "desconocido" es un desafío que no todos están dispuestos a vivir. Hay cierta magia en ese intento. Ese desafío que atrapa, que está lleno de incertidumbre. Esa incertidumbre que va de la mano del miedo.

Cuando me decidí a escribir esta historia supuse que no podía ser más feliz, que más felicidad me iba a matar. Les juro que tuve miedo. Me equivoqué. Siempre se puede ser más feliz. Animarnos a lo desconocido, es también animarnos a vivir.

Jugué con el tiempo, con los recuerdos y con las miles de historias que acompañaron mi existencia. Las conecté, recorrí hacia atrás los caminos de mi vida y congelé los recuerdos. Me di cuenta de algo muy interesante: logré convertir el pasado en un presente permanente. Me reí en la cara del paso del tiempo, rescaté recuerdos increíbles. Pero sobre todo, descubrí la importancia de situaciones y personas que durante mucho tiempo estuvieron escondidas, personas hermosas y no tanto.

Este es otro viaje, es el momento de congelar más recuerdos para seguir dándole forma a mi vida. Faltan historias, claro que sí. A veces pienso que estoy armando un rompecabezas, falta tan poco para terminar, pero no. Las piezas se multiplican. Es una ruta que se atomiza en miles de caminos, en miles de páginas, siempre son páginas. Hojas que pelean contra el tiempo, hojas en contra que luchan a muerte con unos pocos minutos solamente para ganar dos o tres líneas más.

También es el momento de confesar que como padre soy un fracaso, que no es divertido; pero que es tan maravilloso que hay material para otro blog, otra historia, otra vida. No se preocupen, eso no va a ocurrir. Por ahora.

Mientras me convertía en padre y maduraba un montón de aspectos de mi vida que pensaba ocultos, surgieron dos propuestas para convertir este blog en libro. Me lo planteé, lo consulté con mis seres queridos, tarde mucho en decidir y nunca estuve del todo seguro. Fue un gran “no”, ellos se cansaron de esperar y yo no podía tomar una decisión que me implique dedicarme de lleno al proyecto. La publicación y todo ese proceso implicaban un montón de factores a los que no podía dedicarle tiempo. No me cuestiono esa decisión, a este lugar le falta mucho todavía.

Este año las reglas las intento decidir yo, seré dueño y señor de mi tiempo para darle forma a ese libro que algunos quieren y yo todavía no terminé de organizar.

Nos vamos a divertir, les juro.

5 comentarios:

budin dijo...

Todos sabemos que las piezas que quedan sueltas, se reproducen.

Y algunas reproducciones son necesarias. Brindo por ello ;)

Agustín Molina dijo...

Una vez me dijiste: "publique, no sea boludo", siguiendo la línea de cómo venía el texto.
Allí dije, claro que sí. Soy muy porfiado, no sé ir para atrás.
El libro está terminando de ser corregido, y va rumbo a la imprenta.
Y como usted tiene mucho que ver con él, porque fue de los que me dio los primeros empujones, le digo: publique, no sea boludo.
Después salimos de gira, presentándolo, y en una de esas, caemos en lo de andreita "Budin", que nos organiza la presentación.
Abrazo!

Lu dijo...

Si te seguís ausentando por tanto tiempo me voy a encargar de viajar hasta allá para meterte una patada en el culo! Volvé a las entradas periódicas, uno está acá esperando leer, che! Qué desconsiderado, Pablito.

Besos. Pero exijo periodicidad (?)

Morella dijo...

Hola!! Te vuelvo a decir (aunque te sonroje) que me encanta leerte y que tus palabras se transforman en un maravilloso recreo para mi vista! Sos un genio! =) Besos!!

Julia Scarone dijo...

Me encanta que a la gente copada le vaya muuuuuuuy bien!!

Besos, Pablete!!